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  • Foto del escritor: MiYOGA
    MiYOGA
  • 14 jul 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 16 jul 2020

Mi nombre es Mónica Massana, soy psicóloga licenciada por la Universidad de Barcelona y experta en Mindfulness en la práctica clínica.


Probablemente, algunos ya habrán oído hablar del Mindfulness, e incluso hayan tenido la oportunidad de experimentarlo, aunque también habrá a quienes le resulte nuevo. Sea como fuere, espero darles una pincelada.

Mindfulness, traducido en español como conciencia o atención plena “es la conciencia que emerge de prestar atención deliberadamente en el momento presente y sin juicio a las cosas tal cual son”.

Diariamente estamos inmersos en una vorágine de acontecimientos y nuestra mente, la mayor parte del día, está en piloto automático. Actuamos sin darnos cuenta de las cosas que están pasando durante el proceso. ¿Cuántas veces cogemos esa ruta habitual, ya sea caminando o en coche, y llegamos al destino sin ser conscientes de las calles que atravesamos, las personas que se cruzan en el camino o los letreros que marcan las indicaciones?

Y es verdad aquello que decía John Lennon “La vida es aquello que va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” 

A nivel profesional y terapéutico, la práctica del Mindfulness nos enseña a centrarnos, a expandirnos o a redirigir nuestra atención También nos da herramientas para reconocer cuándo nuestra mente se aleja del presente y se desplaza hacia un futuro imaginado o a un episodio pasado. Al mismo tiempo, puede ayudarnos a darnos cuenta de las capas y los matices de nuestros pensamientos y nuestras emociones, y eso promueve una comprensión más profunda de nuestras reacciones internas al tiempo que nos permite considerar nuestras opciones con flexibilidad. En definitiva, nos ayuda a cambiar radicalmente la relación con los pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales que favorecen el inicio o el mantenimiento de trastornos mentales.

A nivel personal, lo que realmente me ha enseñado la práctica de la conciencia plena es a ver los acontecimientos tal cuál SON, en lugar de cómo desearía que fueran o cómo pudiera temer que sean. Y sobretodo, a decidir a aceptarlos, que no es lo mismo que resignarse, sino a no oponer resistencia, a permitir que sucedan y valorar si la situación a la que me enfrento requiere de mi actuación o no para poder afrontarla, aunque ello implique tener que dejar marchar cosas que uno ama o dejar espacio para que entren otras que preferiría que se quedasen fuera.

“No puedes detener las olas, pero puedes aprender a surfear” 

(Jon Kabat-Zinn)





Clases de Mindfulness en agosto con Mónica:


Jueves 20, 9h30 y 18h40

Martes 25, 9h30

Jueves 27, 20h20


Así todos los grupos tendrán opción a probar una sesión o repetir con ella!!!

Las reservas de las clases de agosto se hacen a partir del 25 de julio. Si no eres alumn@ de MiYOGA y quieres asistir a nuestras clases de Yoga y Mindfulness contacta con nosotros y te explicaremos las diferentes opciones.

  • Foto del escritor: MiYOGA
    MiYOGA
  • 28 ene 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 31 jul 2022


Mi primer acercamiento al yoga fue hace siete años. Suelo acumular mucha tensión en la zona de las cervicales y quería hacer algún tipo de ejercicio para corregir la postura y estirar mi cuerpo que siempre parecía estar aprisionado. En ese momento comencé con Hatha Yoga y aunque solo pude ser constante por un periodo de seis meses, noté una gran mejoría en mi espalda y mis visitas al fisioterapeuta comenzaron a espaciarse. Además, aprendí que en el yoga no es importante lograr la perfección y que la respiración era una gran aliada a la hora profundizar las posturas. Pasaron tres años hasta que volviera a encontrarme con el yoga. Yo estaba en un período muy complejo y quise experimentar con una sesión de Yoga Nidra. Necesitaba relajarme y hablaban maravillas de este tipo de yoga que logra inducirte en un sueño profundo. Volví a conectar con mi cuerpo y a darme cuenta de que necesitaba que le prestara atención y comencé de nuevo la práctica regular del Hatha Yoga. Lo que aprendí en esta nueva fase era que no sabía respirar y que me costaba muchísimo hacerlo de una manera lenta y profunda. Conocí lo que era la respiración completa y empecé a ponerla en práctica también en mi vida cotidiana. Sufro de ansiedad y muchas veces, poner la atención en mi respiración, me ha ayudado a gestionar los ataques e impedir que fueran a más. Tuve que distanciarme del yoga una vez más pero retomé mi historia con él el pasado enero de 2018. En esa época mi estado de salud era delicado pero sabía que si no movía mi cuerpo no lograría recuperarme por lo que me animé a hacer mi primera clase de prueba en MiYoga. A día de hoy estoy muy orgullosa de haber logrado llevar un año de práctica continuada en este centro. Durante los primeros meses, ir a clase de yoga era a lo único que me obligaba y también era casi el único lugar donde podía estar presente conmigo misma sin que importara si lo estaba haciendo bien o mal. No me sentía juzgada, y no importaba quién era yo y lo que traía de fuera. Importaba sentirse agradecida por estar ahí simplemente siendo, respetando mi cuerpo, mis emociones, mi mente y mi alma. Allí sobre la esterilla, siempre está todo bien. El yoga es un compañero amable y silencioso. Pareciera que no está cuando te encuentras con él varias veces a la semana pero se nota muchísimo su ausencia. Tu cuerpo te pide que vayas a verlo, que te encuentres con él y al final de tu práctica, cuando agradeces haberte traído a clase y observas la diferencia en tu cuerpo tras haberlo ejercitado, sabes que ha merecido la pena.


Belén Valiente

Alumna de MiYOGA. Apasionada del crecimiento personal, buscadora incansable del bienestar y amante de las letras. A través de la escritura intento entender el mundo, el de dentro y el que me rodea. Hace dos años publiqué mi primer libro de poesía "Nudismo" (a la venta en MiYOGA). Si puedes pasarte por su siguiente taller te lo recomendamos. Será en la librería Solican de La Laguna, Plaza de San Cristóbal 22, local 11.



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